Ayer acudí a una charla sobre Personas Altamente Sensibles, a cargo de una coacher que a su vez también es altamente sensible. Ella define a las personas altamente sensibles con el término PAS. Pese a tener un catarro tremendo y fiebre, me acerqué con una amiga que yo creo que es PAS, y está bastante hecha polvo, con depresión. Llevo varios meses intentando llegar a ella, y al no conseguirlo, ví esta conferencia y pensé que era perfecto para ella, así que la llevé un poco a rastras.
En la conferencia estábamos unas 30 y pico personas (así a ojo), tanto hombres como mujeres. La conferencia en sí estaba enfocada a distinguir a una persona PAS de otra que no lo era, de manera que quien se sintiese reconocido y sobrepasado, pudiese más adelante realizar terapias con la oradora, que era también coacher especializada en PAS.
Karina fue exponiendo los rasgos que distinguen a un PAS, y cual fue mi sorpresa, resulta que encajo perfectamente con prácticamente todos los puntos. Era divertido estar allí, cada vez que Karina decía algo nuevo (por ejemplo: "a un PAS suele molestarle profundamente las etiquetas de la ropa"), se escuchaba un murmullo general y muchas risas. La gente se sentía identificada. Incluso alguna lágrima recorrió la sala, vertida por una persona presa de la emoción al ver que no estaba sola, que no era la única.
Lo que si tenían todos en común, y aquí una vez más me salgo del molde, era que nadie parecía feliz. No se escuchaban más que comentarios sobre lo dificil que es tener una sensibilidad o unos valores que no encajan con la gran mayoría de la sociedad. Muchos estaban desesperados. Incluso con enfermedades físicas crónicas, producidas sobre todo por no encontrar su lugar en el mundo.
Pero todos tenemos cabida en este mundo, todos tenemos una misión en él. Espero que estas personas que conocí en la conferencia encuentren la manera de aceptarse, de no intentar encajar en la sociedad a cualquier precio, de sacar partido a los dones que les han sido dados. Porque poder ver el mundo con otros ojos, es un don. Y es una herramienta poderosa para cambiar las cosas.
La sociedad a veces puede ser tan implacable que consigue que personas que ven más allá y se salen de lo establecido, acaben con depresión. Se tacha a la gente distinta de gente conflictiva, inadaptada o sencillamente loca.
Es muy duro a veces ir a la contra, pero no es imposible, y es necesario. Existen muchas personas deseosas de abrir los ojos, de escuchar, no acallemos nuestra voz por miedo al etiquetado, ya que cada vez somos más los que estamos despertando.